Ésta es probablemente la reseña que más ganas tenía de hacer… y probablemente sea también la más difícil, entre otras cosas porque nunca he hecho una reseña de un libro de relatos.
Conocí a Ignacio Becerril en las Tertulias Literarias Madrid Escribe y, aquel día, me regaló ésta pequeña maravilla con la condición de que le reseñase. Estamos hablando de Junio del 2010. Ha llovido mucho desde entonces. Y he de reconocer que he intentado infructuosamente en al menos tres ocasiones, hacerlo. Pero siempre me he quedado a medias, porque sencillamente no quiero hacer la reseña, relato a relato, de éste libro. Terminaría haciendo Spoilers, comentándolos, y destruyendo las sorpresas que aguardan agazapadas en cada uno de los relatos.
No.
Así que he decidido escribir sin más, y a ver qué se me ocurre. Para empezar, hay dos palabras que definen ésta obra por encima de cualquier otra: Pasión e Imaginación.
El autor, es un apasionado de esto. Se ve a la legua. Y las cosas, hay que hacerlas así siempre. Pero tanto en literatura, como en la vida. Si no pones ilusión y pasión en lo que haces, entonces déjalo estar y dedícate a otra cosa, porque infelizmente estarás perdiendo el tiempo. Y cada una de las historias que aparecen en el libro, están escritas con tal intensidad y fuerza que ya la quisieran muchos autores contrastados.
Por otro lado, encontraremos imaginación. No dejo de quedarme impresionado ante semejante derroche de creatividad. Independientemente del estilo literario, de lo que nos guste o no el relato que sea, hay que reconocer una cosa: La capacidad de contar historias por parte de Ignacio, es sencillamente equiparable a su capacidad de generarlas. Y genera muchas.
En lo que concierne al estilo literario, bueno, estamos hablando de un libro que recoge los relatos escritos a lo largo de un año, así que, a su manera, podemos ir viendo la evolución del autor. Si bien es cierto que existe un denominador común: El lenguaje y la forma de redactar de Ignacio, es sencilla, no existe pedantería en sus textos. Sencillamente tiene una historia que contar, y la cuenta. Y es en su simplicidad donde reside su encanto. Donde nos va a apasionar, a hacer recapacitar, a tener miedo… a emocionarnos.
El libro está estructurado en tres partes:
- Cuentos, dónde encontramos relatos de diversas temáticas, bien ciencia ficción (Se lo oía cantar), terror (No hay prisa), o incluso romanticismo (Cómo decirle que le quiero)
- Series, dónde encontraremos historias más largas, organizadas en varios capítulos. (Horda, es sencillamente espectacular)
- Retazos, dónde el autor deja pequeños relatos en los que no deja de experimentar.
En definitiva, un libro muy recomendable para los amantes del relato corto.
Y para variar, si queréis saber algo más del autor, tenéis una breve entrevista aquí (muy interesante, por cierto)
PS: Si tuviese que elegir tres relatos de la categoría de cuentos, creo que elegiría No hay prisa, El Tirano, y sobre todo, y por encima de todos estos, Se le oía cantar, por su fuerte carga de emotividad. Consiguió emocionarme a lo bestia. Y no lo digo por decir. Leí Se le oía cantar hace meses, y aún hoy, noto su poso.
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