Reseña Calabazas en el trastero, o cómo alegrarme el día.

Ayer volví de Italia, y hoy me he reincorporado al curro... Ando con depresión post-vacacional después de haber visto la preciosa Florencia, de haber tocado el cielo desde la torre de Pisa (y chupado una de sus campanas, a lo Ted y Barney en Cómo Conocí a vuestra madre. Si... en serio. Es asqueroso, pero tenemos foto), y de haberme quedado encantado con el encanto - Sí, lo se, es redundante, pero está hecho a propósito - de Venecia. De verdad, si no conoceís Venecia, id y haced caso al consejo que me dieron a mí: Perdeos por sus calles, sin mapas, ni guías. Simplemente, coged una tarde-noche, y pasead sin rumbo. Quedaréis tan enamorados como he quedado yo de ella.

La cuestión, es que, como podréis imaginar, hoy es un día chungo, después de haber estado donde he estado, pero me he llevado una pequeña y muy grata sorpresa, al leer la última reseña del calabazas

Desde aquí, agradezco sus palabras al autor de la reseña, porque de verdad, que hoy necesitaba leer algo así. Ojalá que ese relato no sea flor de un día, y le pueda dar una continuidad. Ya veremos.

Por cierto, aprovecho, para invitaros de nuevo a participar en el próximo calabazas, que tratará sobre la Peste. Para más información, pinchad aqui.